La economía rural: un pilar esencial para el desarrollo sostenible

Economía rural

En un mundo cada vez más globalizado y donde las grandes metrópolis atraen a enormes masas de población, es fácil perder de vista la importancia de la economía rural. Sin embargo, no debemos ignorar su trascendencia en el desarrollo de las sociedades actuales. Sobre ello hemos conversado con Segundo García Tejero, responsable de Granjas San Antonio, una pequeña empresa especializada en la producción de carne 100% ecológica, ubicada en Pajares de Adaja, una pequeña localidad de la provincia de Ávila que apenas supera los 100 habitantes.

La creación de empleo en las áreas rurales


La economía rural es un importante generador de empleo
. En palabras de Segundo García Tejero, “una granja convencional de 200 ó 300 cerdas, como la nuestra, necesita 2 ó 3 personas para trabajar en ella. En contraposición, en nuestra granja trabajamos 10 personas. ¿La razón? Queremos evitar el estrés de los animales. Y este objetivo solo se logra con manejo, es decir, dando cariño a los animales, preocupándote por ellos, por su salud y por su bienestar. Y a su vez, eso solo se consigue con una atención constante y personalizada. 2 ó 3 personas no son suficientes. En nuestra granja triplicamos ese número”.

A lo largo de la historia, las empresas de la economía rural han sido fundamentales para el bienestar humano y la seguridad alimentaria, y en la actualidad, continúan siendo un pilar crucial para afrontar los desafíos del futuro. “En nuestro pueblo hay unas cinco pequeñas empresas” – continúa Segundo García Tejero – “Todas están dedicadas a la agricultura y la ganadería. Nosotros, Granjas San Antonio somos la empresa que más empleo genera en la zona. Nuestro pueblo es un buen ejemplo de eso que llaman la España vaciada”.

Economía rural

El bienestar animal en la economía rural

Segundo García Tejero afirma que “los animales que viven en Granjas San Antonio no reciben tratamientos a base de antibióticos ni hormonas. Cuando enferman son atendidos por veterinarios, y reciben tratamientos totalmente naturales, con grandes dosis de respeto y cariño. Es muy importante conocer la etimología de las palabras. Por ejemplo “antibiótico” significa “antivida”. ¿Cómo te va a curar una cosa que va contra la vida?”.

La economía rural también desempeña un papel crucial en la conservación del medio ambiente y la biodiversidad. Los ganadores y agricultores están estrechamente vinculados a los recursos naturales, como suelos, agua y bosques. Adoptar prácticas sostenibles y promover una gestión responsable de los recursos naturales es esencial para proteger el medio ambiente y garantizar su disponibilidad para las generaciones futuras.

Economía rural

La economía rural es un bastión para el cuidado del medio ambiente

Empresas como Granjas San Antonio contribuyen al cuidado del medio ambiente en todas sus actividades productivas. “Cuando practicas una ganadería consciente estás en la misma vibración que la Madre Tierra” – afirma Segundo García Tejero. – “Todo es vibración. Un antibiótico tiene una vibración distinta y cuando se lo inyectas a un animal interfiere en su ciclos vitales. Por ejemplo, los cereales con los que se alimentan nuestros cerdos no llevan ningún tipo de aditivo, como insecticidas o herbicidas. Por eso su carne, cuando llega al consumo humano, no lleva antibióticos ni hormonas. Es 100% ecológica. Por otra parte, la materia orgánica es el mejor abono para el cultivo de las tierras. Cuando los animales no ingieren sustancias químicas, la tierra también se beneficia de ello. En Castilla y León corremos un grave riesgo de desertización porque tenemos una carencia de materia orgánica del 80%”.

Economía rural. Pajares de Adaja

Pajares de Adaja, una localidad con miles de años de historia

Desde tiempos del Imperio Romano, Pajares de Adaja siempre ha sido una localidad de paso, un cruce de caminos. Se encuentra a 30 kms. de Olmedo y 30 kms. de Ávila. Su nombre se debe a que con la transhumancia era un lugar de avituallamiento y estaba lleno de pajares donde se guardaba paja para alimentar al ganado trashumante. La idea que subyace detrás de este origen es la optimización de recursos que brinda la naturaleza. El nombre completo “Pajares de Adaja” en realidad data de principios del siglo XX. En aquella época existían multitud de pueblos en España que compartían el mismo nombre, en nuestro caso “Pajares”. Las autoridades decidieron afinar los nombres para diferenciarlos del resto. Segundo García Tejero nos aporta más detalles. “Nuestro nombre se completó con el nombre del río que pasa por la zona, el río Adaja. Desde entonces nuestro pueblo se llama Pajares de Adaja. Nuestra economía siempre se ha basado principalmente en la agricultura y la ganadería. A principios del siglo XX la población ascendía a unas 700 personas, pero durante los años de posguerra, se inició una intensa migración hacia las grandes ciudades, reduciéndose drásticamente el número de habitantes. A principios de los años 80 la población cayó hasta las 250 personas. Desde entonces la población ha seguido descendiendo hasta rozar las 80 personas en invierno. La despoblación y el abandono son enormes. Por ejemplo, la escuela se cerró el pasado año porque quedaban menos de 3 niños en el pueblo”.

Economía rural

La economía rural fomenta la Economía Circular

Cuando compras producto local, por ejemplo a vendedores ambulantes, primero estás beneficiando a gente de la zona, porque son fruteros o carniceros de un pueblo cercano” – afirma Segundo García Tejero. “Seguramente te cueste un poco más que si vas a comprar un producto similar en una tienda de ultramarinos o un supermercado, pero al final consumes solo lo que necesitas, no desperdicias nada. Cuando haces la compra en una gran superficie, un 30% son productos que no tenías pensado comprar. En segundo lugar, mantienes ese movimiento circular de rotación de la economía, ayudando a personas que son tus vecinos. La mayoría de las grandes superficies de distribución pertenecen a fondos de inversión de cuyas ventas sólo se benefician unos pocos. Pero nadie nos obliga a ninguno a comprar en un sitio concreto. En el fondo tenemos lo que creamos”.

En conclusión, la economía rural es un componente vital del desarrollo sostenible. Su impacto se extiende más allá de la producción de alimentos y está vinculado a aspectos ambientales, sociales y culturales. Granjas San Antonio es un importante bastión de lo que conocemos como economía rural. Para construir un futuro sostenible, debemos reconocer y apoyar la importancia de la economía rural, asegurando que las comunidades rurales reciban la atención y el respaldo que merecen. Promover la inversión en infraestructura, el acceso a la educación y el desarrollo tecnológico en estas áreas, es esencial para fomentar una economía rural próspera y resiliente en un mundo en constante cambio.

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